jueves, 29 de abril de 2010

Viviré



Vivo en el resplandor agónico de un atardecer de invierno;
en el hueco de la mirada anhelada de un ciego en el camino
en el curso de una carretera sin límite de terreno
recorriendo virtualmente enajenado -- el destino.


Vivo inquieto entre voces no escuchadas.
Entre una urbe que vibra sin esperanzas,
entre los precipicios trazados por las circunstancias,
que nos obligan a hundirnos en el laberinto infinito de las nostalgias.


Vivo con la mirada fija y cautelosa
con los sentidos afilados como navajas punzantes...
entre sonidos distantes,
entre la urgencia de penetrar la vida y partirla silenciosa...


Vivo viendo el despertar y el ocaso de muchos
entre una selva de asfalto de injustas razones,
de reproches torpes e incoherentes
de un odio que las futuras generaciones no entienden.


Vivo sumergido en una mirada de ojos claros
que cómo rayo de sol ilumina mis sentidos.
Vivo urgido que de un pecho herido
pregonen voces de júbilo, de esperanzas... de motivos.


Vivo en medio del norte y el sur de un paraíso inexistente.
Un lugar excluido del siglo veinte
dónde resuenan voces de esperanza,
dónde despertamos atónitos al estallido audible de la desconfianza.


Vivo presente por ausencia en las mentes que me conocen
surco sus neuronas y planto un grano de mostaza,
que tal cómo dijo el creador si fuera así nuestra fe y confianza,
moveríamos montes desde lo más profundo que se encuentren.


Vivo dejando rastros de mi existencia
dejando legados que jamás conoceré.
Vivo en el ser que salió de mi sangre
Y para siempre, sí... para siempre viviré.


© 2008

No hay comentarios:

Publicar un comentario