sábado, 17 de abril de 2010

Noche liberada al Edén


La inmaculada luna mora sola
en su infinito brillo de la plata
de su simiente que nace por ola
que rompe sola cuerpos de hojalata.

Indiscutible sobria de los cielos
de manto blanco todo esplendoroso
que del desprenden gélidos los hielos
del polo norte de un Edén hermoso.

Los sueños se le plagian a la noche
como portada gris de un viejo diario
amarillenta mancha de un reproche
que cada noche mata un novenario.

Tenue reflejo, rayo de horizonte
monte bien alto de Olimpo sagrado
libra los cielos del antiguo monte
sepulcro frío de lunas regado.

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