jueves, 29 de abril de 2010

Recuerdo de Una Diosa



Kerigma radiante en el cielo infinito
sus pasos oídos a grandes distancias
emana de su alma esencia de mito
escurrido en las noches más insumisas.

Armoniosa melodía entre aves y nubes
carrusel de niños que alberga su mirada,
manantial desértico que en arenas descubres
y satura de una incansable alborada.

Raudal de emociones corriendo en las venas
provocan tormentas en mares tranquilos
pero en sus suspiros vientos en cadenas
sofocan ardores con regios sigilos.

¡Oh bella gaviota que surcas los cielos!
Que extiendes tus alas sombreando placeres
no dejes que en tu alma germinen los celos
así venturosa siempre nos alegres.

Libre el pensamiento que corre ya urgido
bajo cabellera bañada de estrellas
que brilla en las noches causando un gemido,
sonata melódica en las mentes sellas.

Inspirado verso ahora se conjuga
mirando al oriente de Venus desnuda
que hechiza el pasar del tiempo ya en fuga
topando en la sima de montaña muda.

Nido de ilusiones se esconde en tu seno
reboso de magia placer y dulzura
avenida de un sueño que pasa sereno
marcando su paso lleno de hermosura.

Andino camino entre picos nevados
frisa ya el pasado que el tiempo se lleva.
Ahora en tu pecho mis versos sembrados
se pierden ansiosos en paraíso de Eva.

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