miércoles, 7 de abril de 2010

Tonada engendrado por mi vástago...



No basta con ver unos ojos abrirse.
No basta con una sonrisa radiante.
No basta escuchar un primer latido presente.
No basta con criar mentes para luego cerrarse.
No basta ver un cielo gris romperse en agonía.
No basta el rayo penetrante.
No basta salir del lodo transpirante.
No basta romper el silencio con armonía.
No bastan las experiencias restregadas.
No bastan sus cicatrices incurables.
No bastan sus triunfos interminables
No bastan los suspiros a las despedidas.
No bastan los luceros iluminados cada noche.
No bastan sus luces para penetrar mentes de cemento.
No bastan los rocíos matutinos para humedecer un lamento.
No bastan las calles para conducir la vida con un reproche.
Sí, no bastan las profundidades de la vida misma
para sumergirse y luego levitarse.
Sino el gusto de haber tenido ese soplo sin apagarse
hasta aquel ocaso que te llega encima…

No hay comentarios:

Publicar un comentario