miércoles, 14 de abril de 2010

Tiniebla



No se aclara la noche con estrellas
de luces artificiales diáfanas
como el mirar de un ciego en penumbras
que ve el infinito con lámpara de gas.
Se escabulle el silencio entre un relámpago
del Olimpo que parte radiante al sol
entre sus cráteres filtrantes de almas
que buscan su purgatorio en vida.
La salida es una válvula que escupe flamas
que saliendo carboniza la ironía
que alusiva se mezcla en corazones justos.
¡Líbranos señor de sus afiladas garras!
El picoteo de la muerte carcome el árbol
de la vida que agónico se retuerce
mientras sangra de veneno su corteza
y hace finada en su altar a la flaca muerte.
No esclarece el pensamiento
para los que viven la vida con antifaz
que la viga de sus ojos es ahora torre
donde habita un sueño de esos que ya son hielo.

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