Al sol naciente
entre brumas frescas
derrocha el tiempo impaciente
sus más tibias memorias.
De un rostro fresco y radiante
sin arruga y sin mancha
víctima inconsciente de su marcha
se desprende el tiempo importante...
Cruzaste el mar de su agonía
desplazando a tumbos tus adversarios
que fatigados en sus calvarios
se hunden esqueléticos en ironía.
Viste el retoño de tu entraña
abrirse al mundo a brazos abiertos
inhalando vida que entre gente se enmaraña
para surgir altivo entre los injustos.
Rompiste el velo de lo ordinario
cruzaste titán entre enseñanzas
marcaste con cincel afilado y hachas
al temor que entre sombras murió.
Ya en la cúspide de tu supervivencia
Tayacán en terrenos impenetrables
pusiste marcas imborrables
sobre el sendero visto a distancia...
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