jueves, 8 de abril de 2010

Barro Culminado por el Afán



Abres los ojos por primera vez
con vista borrosa pero iluminada
en un terruño anhelado... a lo lejos...
Oyes sonidos, te alertas, te despiertas,
reconoces y descubres esa voz que se disipa.
Descubres esa tierra...
Sí, esa tierra que desde sus entrañas
dio a luz uno de sus hijos
tan unigénito como el primero...
Te descubres y te preguntas...
¿De esta tierra salí yo?
De ese vientre bendito
con amor infinito
de alegrías y principios...
Sí, esa tierra te vio nacer
se dio el alba sobre tu frente
cómo el lucero mañanero
que guía certero a devotos navegantes...
Sí, oliste flores silvestres
en veredas y cañadas a lo lejos transparentes...
Contemplaste aquel ocaso en el poniente
deslumbrando las miserias del día impaciente.
Sí, del barro mismo fuiste formado
por esa mano empuñada y soplando
prendiendo espíritu de arcilla y profundo...
Más ahora en travesía
dejas secuelas de esos recuerdos
que recónditamente implantados
tienen de asilo un corazón...

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