jueves, 8 de abril de 2010

Exhortación Cuestionada



Nacido en un país como un grano de mostaza
desapercibido ante muchos de este globo terráqueo
donde por las mañanas todavía los niños vuelan sus cometas
en un cielo azul e incontaminado.

¿Te puedes imaginar? ¿Qué lugar es éste?

Todavía la yunta de bueyes
junto al arado surcan el suelo
como partidos en el cabello
para sembrar ilusiones.

Todavía se recupera de una insurrección eterna
camuflada por guerras entre hermanos
que tiñen su sangre involuntarios;
y se ven como la esfinge sin poder oler su condena.

Se culpan unos contra otros mis hermanos...

dice uno.
dice otro.
exclama el vecino.
dicen a coro juntos...

¿Y qué?
¿Cuándo acabarán estos dame que te doy?

Se ignoran las voces inaudibles
éstas que al vacío se sumergen;
se asfixian cianóticas e indeseables
y de una realidad paupérrima son inextricables...

¿Qué hacemos?

Esa es la pregunta del millón...

¿Será que tomará un cataclismo para unirnos?
La respuesta de esa incógnita,
que se pierde en un desierto de conveniencias
nos ha mantenido por siglos asilados.

Desde ahora mi segundo terruño
gigantesco ante los hombres
brotan mis esperanzas enormes
que atesoro firmes y selladas en mi rústico puño.

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