jueves, 15 de abril de 2010

Omniscio


El desierto en mi soledad aulla
con pieles transparentes y resecas
exfoliadas de sueños que hacen muecas
mofando el destino que nos patrulla.
No cae gota misericordiosa
pozos del alma sedientos supuran
su rabia, desdicha y sal que murmuran
el oasis visible en luz grandiosa.
La arena abundante asfixia y condena
diseca la carne mundana, ardiente,
con sones y arpas que a luna envenena.
Sopla un monzón junto a un pecho inconsciente
hambriento de un soplo de vida en pena
¡Líbranos de esta condena omnisciente!

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