sábado, 22 de mayo de 2010

Un Adiós Perdido en la Selva


Perturbo el rumbo de la rutina
para decirle adiós a tus ojos;
tizones encendidos de mis antojos
en la oscuridad de mi esquina.

Hago pausa en la parada final de mi rumbo
antes de partir de tu existencia
dejando los últimos latidos sin clemencia
del paraíso que se revuelca como tumbo.

De las campiñas de tus senos quedan bejucos
que áridos se retuercen sin manantial
buscando la humedad de un beso celestial
exhalado de unos labios verduscos.

Entre la selva del pesar
cae el rocío de los recuerdos
que se evaporan por no ser cuerdos
y jamás podidos recompensar.

Dejaré talar lo que fuera una selva virgen
por afilado serrucho de juventud
que al derrumbar sueños en plenitud
dirá siempre adiós a los que amores exigen.

Que triste será decirle al pasado
el último adiós que desgarra lágrimas
rompiendo el miocardio que alojaba mis rimas
y que ahora desaloja el alma de un costado.

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