jueves, 13 de mayo de 2010

Recordatorio de Libertad


Ante el llamando altisonante
resguardo mis oídos bajo mis manos
como dos nácares que dejan el eco
resonar en el torrente del pensamiento.
Al oído, el eco me dice,
con voz baja y apaciguada,
que lo que una vez fue tibia morada
sería vecina del sepulcro.

Confundido di caso omiso
dejé que retoñaran primaveras
sobre el cementerio que tapizaba
el campo de batalla de osadías.
Mas lo que no sabía
era que del surco del que brotaban voces
se escondía cautelosa y melodiosa
la artillería en forma de retoños.

Retoños con frutos de bala
perforando las lonas blandas y blancas
del anhelo que perdido, busca salida
por la puerta trasera de un vendaval.
Los hijos de mártires y héroes
llevan la estirpe una vez viva.
--Hay que ser maestros de antaño
y mostrarles que la verdad es dura tarea.

El aullido del peligro susurra la mollera,
causa escalofríos que se escurren
y son machetes de doble filo
pero que a la libertad jamás penetran...

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