lunes, 31 de mayo de 2010

El Rapto de Una Doncella


La historia se repite a vendavales
bajo los párpados de una joven doncella;
residente muy reciente del sarcófago de historiales
escritos en barriles que desechan una realidad que brilla.
Su paso arrollador aplanaba la vista de jóvenes y maduros;
sus tetillas, sin rastros de labios pretenciosos
oscilaban ansiosos la vida que saltaba los muros
de la cruda actualidad, nociva por actos numerosos.
La pólvora de su mirar detonaba airosa
el piloto de la maldad;
y fue ésta misma pólvora que desterró la rosa
que su dulce pecho guardaba con lealtad.
La doncella ya es reina de su subterráneo reino;
sus súbditos crepitan y comen hoy de ella.
Ya la luz del sol opacada es el recuerdo de un ingenio.
Hoy se alumbra con el candil del pobre bajo una estrella.
¡Ya mis ojos no harán fiesta con sus caderas
se las llevó un diluvio de balas perdidas
en las mentes vengativas que marcan sus fronteras!
--Me llevo su rostro y lo plasmo por las avenidas.

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