sábado, 22 de mayo de 2010

La Silla en El Corredor


Sentado en el corredor de la vida
en mi silla mecedora me confieso
y no pido que se me sane un divieso
que por tiempo anunciaba una caída.

Vida, hoy sentado medito tu grandeza;
el trueno del volcán esparce ceniza en mi sien.
Sacudo los recuerdos que son mas de cien
y revivo cada instante de la biografía llena de grandeza.

Vida, las noticias de la tarde desdibujan el entorno
donde por siglos pasaron conquistadores y clérigos
que tratando de germinar la semilla que huía en carrera de galgos.
Pero en fin… es el tiempo que nos da forma como un torno.

Vida, son las ramas mas altas las que mas fronda dan
y de las que de caer sería fatal.
¿Es así de irónica nuestra estadía triunfal ?
¿Será que hay que asumir nuestro castigo como lo hiciera Adán?

Sentado repaso y revelo el pasado presente y futuro
dejo que renazcan de la hortaliza los verdes frutos
que comí, como y seguiré comiendo, como los justos
que confiaron en sus actos de fe y de la nada alguno se cree impuro.

Me seguiré meciendo de esta silla que aparece en mi retrato
Que de horas de alegrías y llantos, fue testigo
más nunca mencionó palabra por temor a castigo.
Aquí, sentado dejo un legado del cual nunca me retracto.

Gracias vida…

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