sábado, 9 de octubre de 2010

La Tentación del Deseo


Ivania, joven de mirada dulce
de tez de aventuras desencadenadas
laberinto sin brújula con alas
con vientos a favor y en contra.
Tu llave sigue extraviada bajo las nubes
entre cielo y la tierra de tu sonrisa
entre el paredón de acusados de adúlteros
entre el perdigón que lanza la granada entre tus piernas.

Se convulsionan los sentidos
conmovidos supuran sus ilusiones
partiendo las medias del deseo
irrumpiendo fantasías compartidas
comentadas y, ¿por qué no? Vividas...

No hace falta ser un sabio para entenderte
para descifrar qué hay detrás de esa piel tersa
de ese pecho que vibra al ver carteras gordas
hinchadas de respuestas rápidas a los males que agobian.

Tendidos están tus calzones bajo el manzano
que miró Adán y rindió tributo a su hombría
donde yace la sombría que cubre tu universo
disfrazado de te quieros y de desaires;
donde sólo la manta que te cubrió recién nacida
es bandera de paz de tu sosiego.

Ivannia, dulce perdición entre ocasos
tenue lucero de la mañana
cobija tu semblante de esperanza
aunque quizá un día, sea demasiado tarde.

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