sábado, 9 de octubre de 2010

El Sueño de Anoche


Anoche, un astro me hizo recordar
su luz tenue entre nubes alumbraba,
casi como pestaña adormitada...
Se sacudía, del sótano inédito
el panfleto autografiado de memorias;
éstas de estragos, de risas y llantos.

La neblina del destino saturaba
el cerro de la inocencia se perfilaba
como pirámide con pico al infinito
haciendo gesto de súplica.
Mientras tanto, seguía el astro alumbrando
como lo hacía la estrella de Belén.

De la ventana de amaneceres
la noche colada entre pinceladas
dejaba la desconsolada gama
de jornadas aciagas
de zapatos rotos, camisas descoloridas
y el escapulario entre los puños.

Al viento adverso azotar
es mejor ver de rendija
no vaya ser la mendiga de la suerte
que te dé un boleto al soterrado refugio
aun viendo hacia al cielo como manchado letrero
de la fantástica NASA.

¡Vaya que amenaza! Así decía el mural
en la esquina comunitaria
donde se amamantaba la esperanza
donde se retorcía de hambre el jornalero
donde se escamaban pieles oprimidas
y aun así, viendo hacia arriba; el astro brilla.

Ya mis párpados cansados se atizan
se desgonza la mirada de la rama de la vida
Moribunda se desplaza sobre la sien arrugada;
¿Será la hora de despedirse? ¡No lo creo!
Faltan veinte para las ocho...
¡Carajo! Dormí con la ventana abierta y me deja el bus.

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