domingo, 8 de agosto de 2010

El Don de la palabra


Palabra: manantial desbordado a la deriva
robusta se alborota en el pecho del idiota;
se jacta en vanagloria y destruye al compatriota
y con beso de Judas sepulta sin un ¡viva!
Se sopla como cobra que presta al nido ronda
veneno de colmillo traspasa dermis tierna
enferma de la pena la vida se mancuerna
con el infierno tosco que la aplasta y desfonda.

Volátil como pólvora su grito ataviado
del sol es reprimida y mató dulce legado
atómica medida salvaje rompe paso.
Huyamos en bandadas de lengua ponzoñosa
que da a luz a palabra viéndola engañosa
creyendo en la esperanza de un día siendo manso.

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