lunes, 23 de agosto de 2010

Joven en mis manos



Tomándote en juiciosas manos ásperas
de hombre maduro aunque yo sea,
derrites de la edad esas barreras
tan terrestres que ninguno las desea.

Se abrió el surco sobre terreno prohibido
deshojada como rosa en su capullo
de pétalo rosado y sucumbido
de boca angelical salido está un murmullo.

Deshilan las caricias torbellino de placeres
circulando van buscando los néctares venturosos
se oscilan majestuosos los senos de atardeceres
en guarida silenciosa hacen ecos prodigiosos.

Se preguntan del por qué de este suceso
la respuesta no encuentra mas se siente.
Van partiendo leguas falsas y de exceso
flagelando los manjares de tu cuerpo en flama ardiente.

Se despide de tu vientre, esa llanura exigente;
las esencias de las flores que se alojan a placeres
tiembla cuerpo del cual cae una semilla renaciente
y que mora en el subsuelo de ese lecho de mujeres.

Tersa piel me despido ilusionado
anhelando profanarte más que en tibios sueños
habitando soberana los suelos de mis entornos
truncas nombres ya escritos en mi legado.

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