miércoles, 23 de junio de 2010

Encuentro del Amanecer


Cantó la madrugada mil canciones;
sopló sólido del arisco viento
el canto de los niños en los sones
marcados por la vida del invento.

Alzó su mano santa el proletario
le forman callos áridos sus hachas
rompiendo inmaculado centenario
blasfema para el vivo en mentes brechas.

Se tapa el sol dolido y magullado
con nube que acaricia su tormento
inútil sacrificio en piel tallado.

Silencio de apagado vil lamento
se jacta inverosímil al atado
pensar de la esperanza que no es cuento.

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