domingo, 14 de noviembre de 2010

Guitarra Heróica


Empuñando la guitarra que colgaba de un amanecer,
quise hacer melodía con la vida;
quise viajar por el tiempo que va de ida
en vertiginoso trazo rumbo al vencer.

El rasgar de mis manos en son armonioso
desprendía las cinturas de doncellas,
las que danzaban dóciles como estrellas
haciendo alarde al sol fuerte y luminoso.

Hice caso omiso al ardor de mis dedos
seducido por muslos desnudos
entre faldas ondeantes de nudos
que fijaban la gloria de los credos.

Monté las cinturas africanizadas
que absolvían al placer
en suave y hondo renacer
que hurtaba caricias desenfrenadas.

En tonada preciosa se soltaban cabellos
como mantos danzando al viento
acariciando lo invisible del invento
que dejan acordes... los más bellos.

De la vida me enamoro a diario,
entre el dolor y la convulsión de su alma
entre su refugio que a veces le sobra calma
entre el subterráneo latido pulsando un calvario.

Pero mi guitarra es más que partidaria
de los sones más gloriosos
los que derrocan airosos
los desmanes y, con la paz es solidaria.

Las cuerdas se tensan en ritmo agitado
marcando el sonido que dejan las vidas
las que fieles desfilan por las avenidas
que trazan el tiempo sin sol, marchitado.

Te guardo colgada en reposada esquina
para que nutras tu gloriosa herencia
guitarra conquistadora de inocencia
para mañana proclamarte heroína.

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