domingo, 14 de noviembre de 2010

Un Salvavidas para Pulgarcito

Dedicado a las vítimas del huracán Ida en El Salvador

Se ve a lo lejos, entre una nube de moscas
un puño erguido salido de la semilla de los cielos y la tierra.
La tempestad vomitó de sus entrañas su fuerza veloz como aspas
de las que nadie se percató, ahogando almas por doquiera.

No sólo el líquido de las ardidas nubes asfixiaron,
del mismo polvo formado se llenaron sus pulmones
haciendo énfasis en el versículo que muchos pronunciaron
sin ser oídos por los vientos del destino sin inhibiciones.

No quedó piedra sobre piedra;
no llegaron auxilios ante explosión atmosférica
hallando la demencia de la naturaleza como hiedra-
venenosa que envenena el palpitar del Pulgarcito de América.

Sin embargo, la vida sigue adelante;
un pueblo se levanta con esperanzas cargadas
que embellecen el cataclismo impactante.
Hoy, El Salvador sigue adelante, aún con sus manos sangradas.

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